Ya hemos hablado de la masa madre del pan en nuestro blog: sobre sus tipos, sus beneficios y sus características. La conclusión es que esta masa tiene grandes ventajas para nuestra salud (es fácil de digerir, es más recomendable para las personas con diabetes o sensibles al gluten, sacia más, etc.) y es superior a la masa convencional en cuanto a sabor, textura, olor y conservación. ¿Quieres comprobarlo? Pues hoy vamos a enseñarte cómo se hace la masa madre del pan de manera sencilla.
Ingredientes y utensilios para hacer la masa madre del pan
A continuación, te mostramos todo lo que necesitas tener a mano para conseguir hacer este tipo de masa. Como podrás comprobar, no te hará falta nada especial, son objetos e ingredientes de los que todo el mundo puede disponer en casa:
- Agua
- Harina
- Recipiente de cristal o plástico (debe estar limpio y ser más alto que ancho).
- Cuchara
Un par de aclaraciones previas a la elaboración de la masa madre
Recomendamos conservar esta masa a una temperatura suave, preferiblemente entre los 20ºC y los 22ºC. Temperaturas inferiores harán que el proceso de fermentación sea más lento, mientras que temperaturas más altas -hasta los 32ºC- lo acelerarán. Por lo que su ritmo puede variar dependiendo de la época del año en la que estemos.
A menudo, transcurren algunos días y no observamos en nuestra masa madre señales de vida. No pienses que ha salido mal y la tires directamente. Espera algo más de tiempo y aliméntala.
A la hora de escoger el tarro que vayas a utilizar, considera que la masa madre va a crecer.
Cómo hacer la masa madre del pan paso a paso
Vamos a mostrarte todo el proceso de elaboración de la masa madre del pan, paso por paso. Ten en cuenta que, generalmente, necesitaremos cinco días para tenerla lista (no te preocupes, porque no requerirá de mucho tiempo de trabajo diario). Por ello, vamos a dividir su desarrollo en cinco jornadas:
Primer día
Vamos a introducir en nuestro bote las mismas proporciones de agua que de harina.
Si usamos media taza de agua, debemos emplear también media taza de harina.
Recuerda que ya te advertimos que la masa va a crecer, por lo que debes de asegurarte de que el tarro no quede lleno.
Removemos ambos ingredientes hasta obtener una mezcla líquida uniforme.
Ahora, cubrimos el recipiente con un paño limpio, no lo cerramos con la tapa ya que la masa debe respirar.
Cuando lo hayamos hecho, tenemos que dejarla descansar un día a temperatura ambiente, preferiblemente en un sitio templado.
Segundo día
Quizás no notéis ningún cambio en la mezcla transcurridas 24 horas o tal vez detectéis algunas burbujitas. No importa, en ambos casos está bien.
Debemos agregar de nuevo la misma cantidad de harina y agua que el día anterior.
Ahora haremos lo mismo que el primer día, mezclamos los ingredientes y cubrimos el bote con un trapo. Otra vez debemos dejar la masa reposar 24 horas.
Tercer día
Llegados a este punto nuestra masa sí debe poseer ya burbujas. Quizás desprenda un aroma parecido al acre. No pasa nada, ya que eso demuestra que ha empezado a fermentar.
Toca agregar harina y agua, las mismas cantidades que anteriormente.
Dejamos descansar la mezcla otro día, de nuevo, con un trapo encima.
Cuarto día
Puede que la mezcla esté cubierta por una capa de líquido oscuro. No debes preocuparte, pero debemos retirar este líquido que hemos mencionado de la superficie de la masa con una cuchara.
Y repetimos el mismo proceso que los días anteriores.
Quinto día
Pasados cinco días, nuestra masa madre seguramente esté preparada para ser usada. Lo sabremos si parece esponjosa, si ha duplicado su tamaño, si presenta burbujas en su superficie y si emite cierto olor ácido.
Esperamos que este post te haya sido de utilidad. Ahora ya conoces cómo hacer la masa madre del pan.