La versatilidad de los huevos, y su uso en recetas tanto dulces como saladas, permiten poder utilizar este producto en un sinfín de elaboraciones. En muchas de ellas se utiliza el huevo al completo, pero en otras solo se hace uso de la clara o de sus yemas. Sin embargo, cuando solo se utiliza la yema, siempre surge la duda sobre si se pueden congelar las claras de huevo.
Características de la clara de huevo
Las claras de huevo contienen una gran cantidad de agua (entre un 88% y un 90%) y de proteínas, principalmente albúminas, además de minerales como magnesio, hierro, zinc, fósforo, calcio o potasio y vitaminas como riboflavina o niacina y ácido fólico.
Si se tienen en cuenta los valores nutricionales de la clara de huevo, se podría decir que esta parte del hueco es un alimento muy completo por contener en 100 gramos de clara un total de 49 calorías, 3’5 gramos de proteínas, 0’3 gramos de hidratos de carbono y numerosas vitaminas de los grupos A, B1, B2, B6, D y E.
Según el Instituto de Estudios del Huevo, las proteínas que contiene la clara del huevo se digieren de forma parcial cuando las tomamos en crudo. En cambio, cuando está cocinada se produce una digestión total y todos los componentes de la misma son absorbidos por el organismo.
Cómo introducir la clara de huevo en la dieta
Consumir claras de huevo frescas a diario da un gran aporte de energía al cuerpo sin tener que hacer uso de grasas o azúcares. Además de que, al tratarse de un alimento bajo en calorías y alto en proteínas, ayuda a que nos sintamos saciados con menos cantidad que con otros alimentos.
En recetas saladas se puede utilizar para preparar tortillas, crepes, quichés, bizcochos salados, salsas y guisos con alto valor protéico, y en repostería y pastelería, gracias a su propiedad espumante, se pueden utilizar para hacer bizcochos, mousses, paulovas, macarons, merengues, suflés o financiers, por ejemplo. Pero las recetas no se acaban aquí, porque las claras de huevo también se utilizan habitualmente en coctelería, como en el pisco sour. Y es que, dada la amplía variedad de recetas que se pueden elaborar, la pregunta más repetida es si se pueden congelar las claras de huevo.
Por qué congelar las claras de huevo
Una regla básica en cualquier hogar y cocina debería ser la de no desperdiciar comida, pero cuando se preparan recetas de flanes, tocino de cielo, huevo hilado o natillas, en las que solo se utilizan yemas, ¿qué hacemos con las claras sobrantes? La primera pregunta que viene a la mente es si se pueden congelar las claras de huevo para utilizarlas más adelante en otras recetas.
¿Se pueden congelar las claras de huevo?
La repuesta es afirmativa. Tanto la clara de huevo como la yema, juntas y por separado, pueden congelarse sin que ello suponga ningún peligro para la salud. Y es que, las claras de huevo una vez descongeladas mantienen las mismas características que cuando estaban frescas, a diferencia de las yemas, que pueden quedarse algo más duras tras su descongelación. Lo interesante de este producto es que ambas partes del huevo pueden mantenerse en el congelador durante varios meses, lo único que hay que tener en cuenta es que la temperatura sea constante y no se rompa la cadena de frío.
Claves para congelar las claras de huevo
Ahora que ya sabes que se pueden congelar las claras de huevo, debes tener en cuenta que, para hacerlo, no debe quedar ningún trazo de yema. El primer paso, y la mejor forma de asegurar higiénicamente que ambas partes se separan, es utilizar un separador de claras. Una vez separadas, lo ideal es congelar las claras y las yemas por separado en botes de vidrio con cierre hermético o en moldes de silicona, si lo que se busca es poder utilizarlas en cantidades más pequeñas.
Para descongelarlas, es importantísimo que se descongelen en el frigorífico y no a temperatura ambiente, puesto que es un producto que se contamina muy fácilmente. De manera que, el día anterior a utilizarlas en tus recetas, sácalas del frigorífico y permite que se descongelen por sí mismas.